La zona de confort es ese terreno vital en el que nos movemos muy seguros y muy cómodos porque tenemos el conocimiento de la experiencia. La zona de confort está marcada por una línea imaginaria a partir de la cual, surge una sensación de vértigo y de salto al vacío. Este vértigo es el que puede paralizar o bloquear a nivel emocional a aquellas personas que desean algo en la teoría pero que no asumen los riesgos que requiere la práctica.
Permanecer en el área de confort es como estar encorsetados en una parcela de realidad que nos convierte en diminutos porque no nos deja crecer. La novedad es muy estimulante a nivel intelectual para aprender a vivir mejor.
Tomar decisiones, emprender nuevos retos y abrir nuevos caminos implica dar el paso de asumir la incertidumbre porque por mucho que nos cueste entenderlo no todo está bajo nuestro control. La vida es una escuela de aprendizaje en sí misma, una escuela en la que vamos ampliando nuestra zona de confort conforme vamos sumando años a la vida y calidad de tiempo a nuestra existencia. Cumplir años implica tener una gran riqueza del corazón.
La sensación que surge ante un reto que implica salir del área de confort no es nada cómoda. A nivel físico, puedes sentir un nudo en la garganta o un malestar en la tripa como consecuencia de los nervios. Pero conviene practicar la filosofía de la propia vida que se rige por la ley del cambio entendiendo que algo nuevo deja de serlo cuando te atreves a experimentarlo y vivenciarlo en primera persona.
Por tanto, cuando existe un sueño que se repite en tu mente y en tu corazón con frecuencia tienes dos opciones. Desterrarlo de tu alma (algo que nunca pasará porque aquello que se reprime cobra todavía más fuerza) o elaborar un plan de acción para dar un paso hacia adelante. Que salir del área de confort sea como dar un salto al vacío no significa que tengamos que vivir con improvisación absoluta. Es prudente hacer balance antes de dar un paso.
Un proceso de coaching puede ayudarte a superar los límites de tu área de confort en positivo.
Foto – BKC