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Coaching para curar un desamor

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Coaching para curar un desamor

Una de las posibles causas por las que una persona puede decidir hacer un proceso de coaching es dar el primer paso para superar un desamor y alimentar la autoestima personal. Un mal de amores que produce efectos emocionales y físicos: alteración del apetito, desgana para hacer las acciones cotidianas, dificultad para disfrutar de los momentos de amistad, sensación de añoranza en el corazón, cansancio físico y mental… ¿Cómo curar el mal de amores?

1. El modo en el que te alimentas influye en cómo te sientes. Es muy importante que prepares con mimo recetas de cocina saludables. En ocasiones, el desamor altera el apetito de la persona, por esta razón, es indispensable no descuidar la alimentación.

2. Una persona que sufre un desamor puede tener el deseo de encerrarse en sí misma y estar a solas. Sin embargo, es fundamental hacer un esfuerzo por no perder el contacto con los amigos de siempre. En caso contrario, el desamor se agrava todavía más como consecuencia de la pérdida de amistades.

3. Romper con los recuerdos emocionales también puede ser un paso positivo para curar un desamor. Por ejemplo, es recomendable romper las cartas y borrar los mensajes de texto y correos electrónicos. Este gesto puede funcionar a modo de anclaje que da fuerza.

4. Conviene no aspirar a mantener la amistad con un ex en la primera etapa de ruptura. Lo más saludable es que cada uno haga su camino por separado. Se trata de olvidar, por ello, también es indispensable poner distancia.

5. Caminar es un ejercicio saludable porque permite distraer la mente. Cuando las personas pasan la mayor parte del tiempo en casa sienten que los problemas se agudizan al dar vueltas y vueltas al mismo asunto. Caminar te ayuda a clarificar tus ideas.

6. Centra tu atención en lo positivo que haya traído esta ruptura a tu vida. Aunque ahora mismo te resulte difícil ver algo positivo, si haces un esfuerzo por encontrar razones, seguro que las encuentras.

7. La tristeza del desamor no es una enfermedad sino que forma parte del proceso de duelo necesario para sanar las heridas por una decepción sentimental.