Algunas personas sufren la soledad como una especie de vacío que produce desarraigo. En realidad, el principal desamparo emocional lo experimentamos cuando hemos desconectado de nosotros mismos, es decir, cuando no estamos en sintonía con nuestro mundo emocional. Sumar autoestima a los momentos de soledad para convertir esos momentos a solas en una agradable experiencia es un antídito importante de desarrollo personal. ¿Cómo lograr este objetivo?
1. Analiza qué planes tiendes a vincular de un modo habitual a las actividades con amigos: ¿Qué actividades te encantan pero no las llevas a cabo si no tienes con quién? Entonces, cambia el chip y afronta el reto de hacer algunas de esas actividades en solitario. Por ejemplo, si te encanta el cine puedes comprar tu entrada y vivir ese momento como una superación.
Actualmente, tienes propuestas de cine interesantes en la cartelera. Películas que muestran además mensajes positivos de coaching: El Becario protagonizada por Robert De Niro y Anne Hathaway muestra la historia de un hombre jubilado que vuelve nuevamente al trabajo para colaborar con una empresa cuya plantilla está formada por personas que tienen una media de 30 años. Otra propuesta interesante es Truman, película protagonizada por Javier Cámara y Ricardo Darín. Es la historia de una amistad verdadera.
2. Toma los momentos de soledad como un descanso necesario para marcar distancia del entorno y centrarte en ti. Los planes sociales se disfrutan mucho más cuando también tienes tu propio espacio. Desde este punto de vista, la soledad nos ofrece aire emocional para respirar mejor y recargar las pilas.
3. Como consecuencia de la frase típica de «no tengo tiempo» propia del estilo de vida actual, muchas personas renuncian a grandes placeres como la lectura. Un buen libro puede llenar de palabras tus momentos de soledad, aportando una compañía que viene marcada por experiencias de vida con las que, en muchos casos, el lector se siente identificado.
4. Aprende a escuchar el silencio que te acompaña en esos momentos de soledad como un aliado y no como un enemigo. La soledad resulta inspiradora, espècialmente, en entornos naturales.
5. «No estoy solo si me tengo a mí mismo», este puede ser tu mantra. Una frase que te dé fuerza y ánimo.