“Cada vez que escucho esa canción me vuelvo a enamorar”, “cada vez que escucho esa canción me recuerda a la profe de tercer grado”, “cada vez que escucho esa canción me conecto con mi niñez…” ¿Te ha pasado eso alguna vez?
Algunas canciones nos pueden llegar a transportar a otras experiencias, situaciones o lugares y conectarnos a revivir ciertas emociones que experimentamos en momentos importantes de nuestra vida. Si has vivido una emoción intensa al momento que sonaba una canción, es muy probable que al volverla a escuchar te vuelvas a acordar de ese momento, quedando esa canción como un anclaje de la emoción que viviste.
Tenemos ancladas canciones que nada más escucharlas nos transportan a otro momento y lugar.
¿Qué es un anclaje?
Es un estímulo que altera el estado físico-mental de consciencia, atención y comportamiento. Es una forma increíblemente elegante y natural que el ser humano tiene de acortar el camino entre diferentes estados.
Los anclajes pueden ser externos o internos. Y pueden ser ‘buenos‘ o ‘malos‘ porque te conectan inmediatamente con estados de una forma “completa”, lo que puede ser potenciador o limitador.
A través de la PNL podemos realizar estos anclajes de una forma intencional para tenerlos como recursos a mano cuando los necesitemos al momento de cambiar un estado emocional. Los anclajes de la PNL consisten en buscar un estímulo y asociarlo a un estado emocional al que desees acceder en un momento específico.
Algunos ejemplos de anclajes serían:
- El ritual inicial de los jugadores de rugby.
- “Nuestra canción”.
- Cumpleaños y navidades.
- Luces de los semáforos.
- Alianzas de boda.
- Tono de voz crítico.
- Cualquier circunstancia que haya sido parte de una experiencia traumática.
Los anclajes funcionan a través de asociación. Podemos no recordar los detalles de una experiencia de forma consciente, pero normalmente la parte subconsciente de nuestra mente ha sacado una foto de la experiencia entera que queda almacenada en trazos en ella. Estos trazos son muchas veces desconectados del evento que ayudan a anclar y que puedan activar sentimientos que van con ellos.
En resumen, un anclaje es un estímulo que nos transporta a otro momento o lugar y saber que eso ocurre así, naturalmente, nos ayuda a buscar la forma de hacerlo intencionalmente y conectarnos con una emoción deseada, teniendo como ventaja que podemos cambiar esos estados emocionales que no queremos mantener. No se trata de evitar una emoción, pero sí podemos cambiarla lo más rápido posible.
Cómo crear anclajes
Y ahora que sabes esto, ¿qué puedes hacer con los anclajes? Si sabes que hay ciertas situaciones en las que necesites más confianza, seguridad, paz o tranquilidad entre otras, puedes traer esos recursos, encontrando situaciones en las cuales te sentiste de esa manera y asociarlas para volverte a conectar con ellas.
Así, podemos crear un anclaje de la siguiente manera:
• Recordando esa situación deseada.
• Cuanto más específica mejor, añadiéndole detalles visuales, auditivos y sensoriales.
• Al tenerla podemos hacer un pequeño toque en una parte del cuerpo.
Luego cada vez que toques esa parte del cuerpo te va a ayudar a conectarte con ese estado deseado. Cuantas más veces practiques, mejor.
¿A qué esperas para empezar a hacer una lista de esos maravillosos recursos que puedes anclar para tenerlos a la mano en esos momentos en los que quieres cambiar tu estado emocional?
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