Tú eres la persona con la que más convives a lo largo del tiempo. Sin embargo, los humanos podemos cometer el error de dejarnos a nosotros mismos en un segundo plano ante otras ocupaciones que de forma equivocada podemos considerar más urgentes. En realidad, nada es tan importante como atenderte a ti mismo. ¿Cómo mejorar la relación que tienes contigo mismo?
1. En primer lugar, tómate la vida con calma para no dejarte arrastrar por la corriente de la prisa propia de la sociedad actual. Ten tu propio criterio para vivir tu vida según tus propias normas y valores. Lo más imoprtante es que seas fiel a ti mismo porque en oposición a quienes viven dando un peso excesivo al qué diran, en realidad, lo más importante es aquello que tú piensas de ti mismo.
2. Deja de lado lastres innecesarios como la culpa y vive desde la libertad que surge del amor hacia ti mismo. Tener errores no significa renunciar al gran placer de amarte porque eres una persona única e irrepetible. Gracias a todos los errores del ayer estás aquí hoy. Además, no hay mayor fracaso que no intentar apostar por un sueño.
3. Compréndete con todas tus fortalezas y tus debilidades. Ser humano implica tener luchas internas en ciertos momentos, emociones agradables, sentimientos menos agradables… Lo importante es cultivar el mundo interior para crecer como persona y evolucionar en positivo.
4. Piensa en positivo respecto de ti mismo, respecto del destino y también, respecto de los demás. Pensar en negativo es arrastrar una mochila de sufrimiento interminable. Por el contrario, es gratificante vivir dando las gracias por el regalo de la vida. Un regalo trascendente y misterioso que en muchos puntos, resulta inexplicable.
5. Cuando tu mente se adelante al futuro e imagine posibles peligros recuerda lo importante que es vivir el aquí y el ahora. Cuando tu mente se centra en este instante, todo lo demás, desaparece porque la verdadera esencia de la vida y de la felicidad es ahora.
6. Cultiva tus aficiones y aspira a tener muchos momentos personales de bienestar en tu vida porque la vida está precisamente, para disfrutarla.
7. Llorar no es un signo de debilidad. Es un gesto humano. Para mejorar la relación contigo mismo deja de reprimir emociones desagradables y expresa lo que sientes con libertad.
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