El concepto más puede suponer una trampa emocional cuando se cae en el error de querer tener más éxito social, más prestigio ya que en ese caso, la conquista del objetivo no depende de uno mismo sino del aplauso ajeno.

En cambio, el más se convierte en un estímulo cuando se trata de ser más feliz y de vivir la vida de una forma más consciente. En D´Arte Formación te guiamos a modo de coaching en este camino vital:

1. El modo de vivir no se rige por normas generales ya que cada persona es diferente. El camino que ha tomado otra persona no tiene por qué ser el adecuado para ti: busca la dirección adecuada buscando el equilibrio entre mente y corazón que actúan como una brújula.

2. Ten claro cuál es tu orden de prioridades para no dejar que preocupaciones superficiales empañen tu bienestar.

3. Recuerda que es importante compartir tiempo con los seres queridos más allá de las fiestas de Navidad.

4. Anímate a ser un buen ejemplo para los demás. Cuando adoptas un rol activo ante la vida dejas de asumir un rol de espectador para convertirte en protagonista de tu propia historia.

5. No te dejes influir por la opinión de los demás y vive tu propia vida. Pero no hagas oídos sordos a los sabios consejos de aquellos que te quieren. No conviertas esos consejos en una norma con un valor absoluto sino en ideas que pueden darte algo de luz.

6. Di te quiero con más frecuencia porque es positivo expresar el amor. Y aunque existen muchas formas de expresar afecto, también es bonito hacerlo a través de la palabra.

7. Disfruta del arte y de la cultura porque son el alimento que alimenta tu alma y tu espíritu y lo llena de verdad y de belleza.

8. Anímate a darte segundas oportunidades a ti mismo: te lo mereces. No seas tan exigente contigo mismo, ni te culpes por cosas del pasado. Vive ahora sin posponer tu felicidad para mañana.

9. Descubre qué es aquello que mueve tu vida de una forma especial: ¿Qué sentido tiene para ti tu existencia?

10. Es posible ser feliz porque siempre existe un motivo para la esperanza. Deja de lado el victimismo y la autocompasión.

Imagen: Sanitas