Formación y cursos de Coaching

Conviértete en coach y cambiarás el mundo

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Ya lo decía Bill Gates en una de sus charlas TED: «Todo el mundo necesita un coach».

Teniendo en cuenta que en la Tierra residen 7.800 millones de personas —el 8% habla español— y que tan solo hay 71.000 coaches profesionales. ¿Sabes a cuántos clientes potenciales tocaría cada uno?

No hace falta que lo calcules, te lo decimos nosotros: 109.859. ¿Marea, verdad?

Con estas cifras no es de extrañar que la profesión de coach se encuentre desde hace varios años entre las más demandadas y con mayor salida laboral. Algo que, dadas las circunstancias actuales a consecuencia de la COVID-19, la ha vuelto más necesaria si cabe, pues se ha incrementado notablemente el número de personas y empresas que solicitan servicios de coaching.

Pero no solo eso, por sus características, la profesión de coach es considerada como una de las mejores —si no la mejor— del mundo. ¿Quieres saber por qué?

Te lo contamos a continuación.

¿En qué consiste el trabajo de coach?

En la I Semana del coachingpincha aquí para volver a ver las cuatro sesiones—, ya te hicimos un pequeño spoiler de lo apasionante que es este trabajo.

Y es que el fin último de un coach es ayudar a su cliente a que desarrolle ideas y soluciones para alcanzar resultados concretos, ya sea a nivel personal, profesional o ambos.

Dicho con otras palabras: Un coach es un agente de cambio que ayuda a las personas a que descubran y saquen todo su potencial para que disfruten una vida plena.

¿Entiendes ahora por qué se trata de una profesión tan satisfactoria como bonita?

Para ello, se sirven de una metodología rigurosa basada en una serie de preguntas estructuradas, así como de diferentes dinámicas y herramientas. Una buena combinación de todas las piezas garantiza el éxito del proceso.

Cabe recordar que el coach en ningún momento aporta su opinión ni da consejos: Su función es encargarse de guiar al cliente para que por sí mismo llegue a las conclusiones más favorables para él.

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Tipos de coaches

En función del cliente se puede hablar de:

 Coach personal o life coach

Trabaja sobre objetivos personales de la vida misma del cliente (p.ej.: adelgazar, cambiar comportamientos, mejorar relaciones, cumplir sueños…).

Coach ejecutivo

Asiste a ejecutivos en el desarrollo y potenciación de su eficacia profesional y rendimiento en el trabajo.

Coach de equipos

Pone el foco en las relaciones que se producen entre los miembros del colectivo para mejorar su eficacia, además de tener en cuenta las fortalezas y áreas de mejora de cada uno de sus integrantes.

Coach empresarial

Asiste a la empresa en la definición, clarificación y/o mejora de los sistemas y procesos de trabajo.

Coach deportivo

Acompaña al deportista en su camino de mejora hasta alcanzar sus objetivos.

Coach educativo

Genera conciencia, responsabilidad, confianza, compromiso y motivación en profesores, alumnos, familias, centros de enseñanza y entidades públicas y privadas.

Difícil elegir solo uno, ¿verdad?

Diez razones para ser coach profesional

Si a estas alturas aún no te has enamorado de la profesión de coach, tras leer las siguientes líneas vivirás un auténtico flechazo.

1.- Con tu labor contribuyes a crear un mundo mejor.

2.- Tu trabajo te permite ayudar a otras personas.

3.- Consecuencia de ello sientes una gran satisfacción personal.

4.- Creces interiormente cada día.

5.- Te posibilita trabajar desde cualquier lugar del planeta.

6.- Te permite conciliar la vida laboral con la familiar.

7.- Eres tu propio/a jefe/a.

8.- Los horarios de trabajo los marcas tú.

9.- Puedes vivir —y muy bien— de tu pasión.

10.- Se trata de una profesión con gran demanda.

¿Pasamos a la acción?

¿Cómo se forma un buen coach?

Tal como te decíamos un poco más arriba, un coach precisa de una metodología profesional para ejercer con garantías su trabajo. Es por ello que una sólida formación en la materia se convierte en imprescindible.

Durante la misma, además de profundizar en aspectos más teóricos y dotarle de recursos, se trabajan diferentes puntos que le permiten desarrollar una serie de capacidades y habilidades necesarias para su día a día como coach.

Pero no solo eso.

Vivir en coherencia con valores y principios, eliminar miedos y creencias limitantes, afianzar fortalezas… A lo largo de la formación, el futuro coach experimenta su propio proceso de transformación personal, aflorando así su mejor versión. Y es que solo a partir de ella podrá ayudar a que otras personas consigan sacar todo su potencial.

¿Con esto es suficiente?

Depende.

Sí, para trabajar como coach. No, si quieres convertirte en un gran coach de éxito.

Para esto último, disciplinas complementarias, como la Programación Neurolingüística (PNL) o la gestión emocional, se hacen también necesarias a la hora de formarse como coach.

Es por ello que en D’Arte Human and Business School formamos con pasión coaches comprometidos con el cambio y ofrecemos los programas profesionales de coaching más completos del mercado en habla hispana.

Si aspiras a crear un mundo mejor a través del coaching, aquí encontrarás toda la información para cumplir tu sueño.