Imagina por un momento que puedes poner en una balanza todo tu bienestar y lo positivo que hay en tu vida. Puedes poner en uno de los lados, los pensamientos positivos, tus buenos amigos, tu satisfacción profesional, tus ilusiones y sueños…
Es verdad que la felicidad no se puede medir en grados o en kilogramos precisamente porque es inmaterial. Pero en cambo, tú sí tienes la capacidad a nivel interno de valorar cuál es tu grado de satisfacción con tu situación presente en una balance de 1 a 10. Ser sincero contigo mismo te permite saber cuál es tu punto de partida.
La felicidad se alimenta día a día de una forma consciente para ir sumando cada día nuevos motivos de bienestar en esa balanza que en ocasiones se desequilibra causando emociones contradictorias. Cuando en tu balanza emocional pesa más lo positivo te sientes alegre y contento, en cambio, cuando lo negativo pesa más en esa balanza emocional, entonces, te sientes triste, desmotivado y apático.
Esa balanza emocional está formada por el perfecto equilibrio entre mente y corazón. Cuando eres feliz de verdad, lo sabes gracias a esa voz interior que te dice la verdad de ti mismo y también, lo sientes de una forma instintiva.
El verano es una época fantástica para hacer balance del camino recorrido y realizar un ejercicio de introspección con el objetivo de poder mantener lo positivo de tu vida y hacer algunos cambios con el objetivo de alcanzar nuevas metas que representen nuevas puertas en tu vida.
La felicidad es una búsqueda constante porque cualquier persona está en un proceso de transformación y de evolución continuado a lo largo de la vida. La felicidad es una suma, no una resta. Por tanto, vive de una forma más consciente y plena para saber qué te hace bien.
Con la llegada del mes de junio, gracias a la celebración de las hogueras de San Juan, puedes hacer limpieza mental para quemar de una forma metafórica todo ese peso del que te quieres desprender porque desequilibra tu balanza emocional.
¿Cuántos kilos pesa tu felicidad? Espero que tus sueños alimenten tu alma hasta el infinito.
Imagen: CEVO