Trabajar como coach implica una responsabilidad ética a nivel personal porque un coach trabaja con personas, orienta a otros en el camino de la felicidad, por tanto, es importante hacer un buen ejercicio de una profesión que es como una semilla de esperanza muy necesaria en un mundo, como el actual, lleno de escepticismo:
1. En primer lugar, para ser un buen coach tienes que ser honesto contigo mismo. Incluso, al punto de perder clientes. Por ejemplo, es fundamental que un coach asuma sus límites a la hora de no abarcar más de lo que puede. En caso de caer en este error, los clientes lo notan, no se sienten valorados y se decepcionan.
2. La vocación es fundamental para ser un buen coach. Esta profesión no es apta para aquellos que simplemente, buscar una profesión con salidas laborales. Es verdad que hoy día, el coaching abre muchas puertas porque existe una alta demanda de coaches, sin embargo, solo harán bien su trabajo quienes lo hagan con el corazón porque de verdad lo sienten.
3. Un buen coach es aquel que está en un proceso de formación constante. Asiste a conferencias, lee libros, participa en cursos. El camino del autoconocimiento es interminable, un viaje hasta el fondo de uno mismo.
4. Recuerda que para comprender a otro, previamente tienes que conocerte a ti mismo. Por ello, mira en tu interior con la verdad, solo siendo sincero podrás evolucionar en positivo gracias a este trabajo interno.
5. Para trabajar como coach, puedes animarte a enviar tu currículum a otra empresa o, por el contrario, ser emprendedor y crear tu propio negocio: anímate a hacer tus sueños realidad. La crisis también es un buen momento para arriesgar y para creer en ti, por encima de todo.
6. El coach también tiene diferentes áreas: ¿En qué área quieres especializarte? ¿Dónde crees que puedes hacer mucho bien a los demás?
7. Sé optimista siempre. Los resultados de un proceso de coaching son más positivos cuando el coach cree de verdad en la persona que tiene delante.
8. Libérate de etiquetas y de prejuicios: no metas tu mapa del mundo.
9. Recuerda que el rapport es muy importante, al más puro estilo de un baile acompasado entre dos personas que tienen un ritmo similar.
10. Si un caso te desborda, aprende a delegar. Puede que haya llegado el momento de hablar con un psicólogo.
Imagen: Cepsinat