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La alegría

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Autor: Marian Frías

Las emociones son el centro de aprendizaje de la vida, del desarrollo personal, del encuentro conmigo y del encuentro con el otro. Detrás de las emociones hay pensamientos, creencias, suposiciones, valores… Saber, entender y conocer el mundo de las emociones nos otorga el poder de ser escultores de nuestra vida emocional, de nuestros sentimientos, de elegir como quiero que me afecten las cosas, de elegir como y hasta donde, y hasta cuándo. No solo me ayuda a regular las emociones más incomodas, sino que nos permite instalar más emociones agradables a nuestra vida, este mes, entra en escena LA ALEGRIA. ¿Te animas? Recuerda que es tu responsabilidad elegir como sentirte

“Ahí estaba yo, repasando con mi dedo, la larga distancia entre mi nombre, mi DNI, y la ansiada y escurridiza nota… El corazón latía a galope… ¡Bien¡, mi giré, salté, grité, reí, me abracé a mi compañero . Lo había conseguido”

“Recuerdo esa llamada como si fuera ayer, y esa voz grave pero abierta que sonaba por el manos libres del coche. Cuando me dijeron la noticia, baje la ventanilla, sentí el aire en mi cara, como si de un chorro de libertad se tratara, respire profundo y pensé: lo conseguí”

Regocijo en el alma, brillo en los ojos, la sonrisa que se escapa, la carcajada que juega al escondite, ahí está: BIENVENIDA ALEGRIA

Normalmente cuando pensamos en las emociones, que la verdad sea dicha lo solemos hacer bastante poco, y entre ellas en la alegría, la solemos asociar a un resultado o una consecuencia de una situación, sobre la que tenemos poco margen de influencia. Es decir, vivimos la alegría como algo que sucede o no sucede, como respuesta a una circunstancia externa.

Gestionar nuestra vida emocional, y este mes gestionar la alegría, parte de darnos cuenta de que tenemos mucho más poder de influencia del que pensamos en nuestro estado emocional, es decir, que podemos vivir muchas más circunstancias de las que vivimos con alegría, y que podemos generarnos situaciones de alegría si generamos nuevas circunstancias a nuestra vida. La alegría es el resultado de una actitud consciente de trabajo y dedicación.

Un propósito, un cometido: convertirnos en escultores emocionales, en creadores de nuestro mundo emocional. En el Renacimiento, Miguel Ángel Buonarotti, escultor y artista genial, cuando se encontraba ante una nueva obra no partía de cero con su cincel a esculpir al David, o a la Piedad, el decía que desde el momento en que sus ojos se posaban en el mármol veía la figura, su trabajo era ir retirando lo que sobraba, la figura ya estaba presente. Esta es un poco la metáfora de nuestra actitud ante la escultura de nuestra vida emocional, no es partir de cero, es visualizar lo que queremos sentir, ver las circunstancias como oportunidades y ser creadores de nuevas circunstancias y poco a poco, con paciencia y amor, retirar lo que nos sobra, para crear lo que queremos.

Así que como creadores, investigadores y escultores pongámonos, manos a la obra.

Saber lo que es la alegría, su hábitat y su funcionamiento nos coloca en una actitud de creación y de responsabilidad de generar más situaciones donde aparezca la emoción, y no dejar que ante circunstancias ya presentes, nuestra atención no se deposite con conciencia en ellas.

Todos podemos hacer por recordar situaciones donde hemos experimentado alegría. Pero ¿que es la alegría? ¿Qué tienen en común esas situaciones? La alegría se muestra a sus anchas en situaciones que están relacionadas con lo que consideramos EXITOS, la consecución, la conciencia de dichos éxitos y su celebración. Cada una de las partes es de vital importancia. Las personas que muestran en su día a día más felicidad:

  • Consideran éxitos, situaciones que suponen una dedicación, atención y un esfuerzo. No ponen el acento en la grandeza de la situación conseguida, sino en la actitud con la que se ha realizado el suceso. Es decir, no es necesario que nos pasen grandes cosas, sino que hagamos grandes las cosas que nos pasan. Las cosas a las que damos valor, le dedicamos tiempo, le añadimos propósito y ganas, las vivimos como un reto y tienen un valor de salir de lo cómodo, son comodines de éxito.
  • Son y ponen conciencia no sólo en el resultado de lo que consiguen, sino en su actitud de esfuerzo, mejora y decisión de haberse permitido saltar algunas emociones incomodas, como el miedo, la vergüenza, la pereza, para poder haber hecho lo que han hecho.
  • Tienen la capacidad de apreciar y valorar sus éxitos en primera persona, sin necesidad de que haya un observador externo que valore dicho resultado.
  • Celebran sus éxitos cotidianos, en voz alta, con expresiones y actos que comparten con los demás

Son y somos muchas las personas que de modo permanente o en cierta manera, por momentos, épocas o días, nos ponemos en modo automática, donde conseguir lo que nos proponemos es una obligación, y un suma y sigue. No nos paramos a tomar conciencia en que el verdadero valor no está tanto en lo que hacemos sino en cómo hacemos lo que hacemos , dónde el verdadero éxito está en nuestra capacidad de superarnos en las pequeñas cosas. Marcarnos retos y objetivos es crearnos situaciones de éxito a cada momento.

¿Y si nos despertamos? Y comenzamos a ser más conscientes de nuestros éxitos cotidianos y celebrarlos. ¿Por qué no celebrar que hoy la tortilla de patata me quedó excelente? ¿Por qué no celebrar que conseguí hablar con ese “alguien” de ese “algo” tan importante? ¿Por qué no celebrar que superé ese pequeño miedo de hacer algo diferente? ¿por qué no celebrar que en ese trozo de canción ya no desafiné? ¿Qué estoy escribiendo este artículo?…

Para que haya cambios es importante que tomemos conciencia y hagamos acciones en esa dirección. Por eso te animo a que busques un ratito para ti, pares y hagas el siguiente ejercicio

EJERCICIO. Escribe 5 de tus éxitos cotidianos. Pon al lado de cada uno de ellos, que cualidades tuyas te han llevado a conseguirlos, y proponte un modo de celebración para cada uno de ellos.

Ej: Tener ordenada mi casa. Es un éxito que he conseguido, porque he roto la pereza, porque cada día intento dejar las cosas en su lugar, porque soy creativa en la forma de tenerlo colocado y bonito. Voy a celebrarlo comprando una botella de vino para la cena, y haré un brindis por ello.

Potenciar la alegría, es ponernos la lupa de los pequeños detalles cotidianos, como haber ayudado a alguien, haber sido paciente con un hijo, respetar las decisiones de otros aunque no me gusten… Es hacer las cosas con intención y atención, es marcarnos pequeños retos de mejora cada día, es ser consciente de todos los esfuerzos que hacemos, es querernos y valorarnos por lo que somos y por lo que hacemos, sabiendo que querernos es acercarnos a nuestra versión más elevada de lo que somos aunque suponga un desafío.

Pd: la salud emocional se contagia, tus estados de alegría, vividas y generadas tienen un efecto multiplicador en el entorno, esta es nuestra misión, este es nuestro propósito. El mes de la alegria