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Manejo de emociones con PNL: “Después de los gritos solo queda arrepentimiento”

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¿Te ha pasado que luego de enojarte y gritarle a una persona no te sientes bien? ¿Cómo llegaste hasta allí?

Sin darnos cuenta a medida que pasa el día y tenemos más tareas que hacer, el tiempo se nos va acortando, no salen las cosas como esperábamos, estamos cansados y estresados, llegamos a casa y terminamos descargando todo con los menos indicados: nuestros hijos, nuestra pareja, nuestros padres, que al final no tienen nada que ver (o tal vez solo un poco) con todo lo que nos ha pasado durante el día.

Probablemente te hayan hecho algo y hayas pasado por una situación que te hizo enfadar y perder el control pero, ¿qué consigues cuando gritas? A veces simplemente, aunque no hayas gritado, las palabras o lo gestos que utilizaste fueron ofensivos para la otra persona y al final terminan todos sintiéndose mal y tú arrepintiéndote y triste. Muchas veces pasamos por momentos de ira o enfado, por diferentes situaciones y reaccionamos muy mal, pero además luego nos podemos pasar horas incluso hasta días con esa emoción de enfado, hasta el punto de empezar a influir en nuestro bienestar.

Mujer enfadada y hombre pidiendo perdón

¿Tienes razón al enfadarte? Probablemente sí, la ira y el enfado ocurren ya que reaccionamos cuando nos hacen algo que interfiere en eso que nosotros queremos hacer, interfiere con nuestras metas, nuestros objetivos y es normal que reaccionemos a eso.

Puede haber situaciones detonantes, como por ejemplo que le hayas dicho muchas veces a tus hijos que ordenen la habitación y ya llega un momento que con solo ver algo desordenado te conectas con otros momentos en los cuales te enojaste y así pasa con muchas situaciones que asociamos con experiencias previas y reaccionamos de una vez. Por otro lado, antes de llegar a casa y ver la habitación desordenada es probable que estuvieras teniendo un mal día y eso sumado con el detonante comentado anteriormente es una mala combinación que termina en una pérdida de control.

PNL para elegir cómo sentirnos

El mundo es neutro, lo que ocurre a nuestro alrededor no es ni bueno ni malo; las cosas ocurren y nosotros las valoramos según nuestras creencias, prejuicios, etc. Todos son ‘alucinaciones’.

Somos responsables de lo que sucede en nosotros y sobre otros y podemos elegir cómo manejamos esas emociones.  

Con la Programación neurolingüística, PNL, podemos lograr esa capacidad y ese poder de elección, de elegir cómo queremos reaccionar y qué estado emocional queremos tener ante ciertas situaciones. Podemos aprender a cambiar esos patrones que hemos seguido durante muchos años para reaccionar ante ciertas situaciones.  Además, podemos aprender a elegir qué estado de ánimo queremos tener, ya que según ese estado de ánimo serán nuestros pensamientos y los resultados que vamos a tener en todas las cosas que realizamos. 

Con PNL podemos dejar de ser robots y esclavos de nuestras emociones, ya que podemos identificarlas y manejarlas según nuestra decisión.

Chica sentada en la cima de una montaña mirando al horizonte soleado

Los 6 pasos a la libertad 

Estos 6 pasos son una herramienta de PNL que te puede ayudar a manejar las emociones. ¿Quieres saber cómo es?: 

1. Reconoce el disparador en tu cuerpo, por ejemplo, presión en el pecho o boca del estómago, hombros tensionados, ganas de insultar, imagen del pasado, reacción agresiva.

2. Respira (paras la respuesta automática).

3. Pregúntate qué estado quieres realmente.

4. Establece y reconoce ese estado.

5. Nómbralo.

6. Vuelve al presente.

En resumen, podemos tener la libertad de escoger qué estado de ánimo queremos tener.

Ahora que tienes esta valiosa información te invito a que la practiques y dejes de reaccionar como un robot y en automático ante las diferentes situaciones.

Recuerda que en nuestra escuela de PNL puedes formarte con precisión en Programación Neurolingüística.