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Metamodelo del lenguaje: “Todo lo que hago es un desastre”

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¿Cómo te sientes cuando dices que todo lo que haces es un desastre? ¿De verdad todo, absolutamente todo lo que haces, es un desastre? 

Un día pueden pasar cosas como que no escuchas el despertador y llevas los niños tarde al colegio; además, se te olvida la merienda de tus hijos y llegas tarde al trabajo; por si fuera poco no logras concentrarte y terminas teniendo una discusión con tu jefe… Con un día con esos resultados qué podemos pensar: ¡Que todo lo que hacemos es un desastre!

Es verdad que muchas veces podemos equivocarnos o quizás ha habido momentos en los que no hemos hecho las cosas como hubiésemos querido. De repente alguna cosa no te sale bien y pareciera que es una reacción en cadena porque otras cosas tampoco salen bien. Al no cumplirse las expectativas llega ese momento en el que no te queda otra cosa que decirte que eres un desastre, que eres un fracaso, que todo te sale mal y que todo lo que haces es un desastre.

Manteniendo un lenguaje negativo pensando así de ti y hablándote así es muy probable que las cosas sigan saliendo de la misma manera.

Es muy importante darse cuenta de la forma en la que estamos hablando con nosotros o con los demás. De qué manera estamos pensando porque con ese tipo de frases nos estamos sentenciando a que todo verdaderamente salga mal y que todo sea un desastre.

En la Programación Neurolingüística, PNL, explicamos esto con el metamodelo del lenguaje.

Chica frustrada frente a un laptop

Metamodelo del lenguaje para entender lo que expresamos (y poder cambiarlo)

El metamodelo del lenguaje es la herramienta básica y fundamental de la PNL. Utilizando el metamodelo del lenguaje es posible explicar procesos que muchas veces son innatos en las personas. Es decir, podemos identificar la forma en la que hablamos, por lo tanto, la forma en la que representamos nuestro mundo interior.

El metamodelo consiste en doce patrones de habla que reflejan ambigüedades y distorsiones que cometemos al hablar y que representan la ambigüedad de nuestro mundo interior y de cómo pensamos. Estos patrones están agrupados en: distorsiones, generalizaciones y eliminaciones/omisiones.

En el caso que nos ocupa, el de ‘todo lo que hago es un desastre’, nos estamos refiriendo a un patrón de generalización llamado cuantificadores universales  que significa que  «para todo» elemento de un cierto conjunto se cumple lo que se está diciendo.  Se utilizan palabras como siempre, nunca, todo, nada o nadie.

Podemos preguntarnos en este caso, ¿alguna vez has hecho algo bien? ¿Todas las cosas que haces son un desastre? Al darnos cuenta de que sí hay muchas cosas buenas que podemos hacer, y que sí hemos tenido muchas veces los resultados que hemos querido, nos podemos ayudar a darnos cuenta de que no es verdad que todo es un desastre o que seamos un desastre.

Revisar lo que decimos, la clave

En resumen, conociendo el metamodelo del lenguaje podemos entender que la forma en la que la persona habla representa la forma en la que piensa y en la que vive su mundo interior; es decir, que si nos decimos que todo lo que hacemos es un desastre, nos estamos diciendo a nosotros mismos  que pensamos que todo, absolutamente todo,  es un desastre y así acabamos creyéndolo y, en consecuencia, así actuaremos, obteniendo como resultado que las cosas no salgan de la mejor manera.

Sabiendo esto, ¿qué podemos cambiar para empezar a tener los resultados que queremos? Te invito a que revises la forma en la que hablas a ti y a los demás, así como los pensamientos que estás teniendo, y que comiences a cambiarlos para empezar a obtener resultados diferentes

Ahora tienes en tus manos una poderosa herramienta para empezar a crear tus días en la forma en la quieras.

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