PONERSE EN LOS ZAPATOS DEL OTRO
¿Te parce familiar esa frase? ¿Qué tanto estás interesado en ayudar a los demás en sus problemas? ¿Sinceramente te importa escucharles? O mejor aún ¿Te has puesto verdaderamente en los zapatos de los demás al momento de tener una discusión?
El ser humano es un ser social, vive en comunidades, raramente está solo o aislado por lo cual se relaciona e instintivamente le interesa como se sienten los demás. Por naturaleza es un ser empático ¿Qué es ser empático? ¿Qué es la empatía? Parece ser una frase que está muy de moda en estos días, pero realmente sabemos lo que significa?
La empatía según la Real Academia Española es la identificación mental y afectiva de un sujeto con el estado de ánimo de otro. Así tenemos la empatía cognitiva que es saber qué piensa y siente el otro, “Sé qué piensas y sientes” y la empatía emocional es cuando siento lo que los demás sienten.
Entonces, ponerse en los zapatos del otro es la capacidad que tenemos de poder captar lo que los demás sienten o piensan y esto se desarrolla a través de la empatía. Haciendo esto verdaderamente también podemos entender cómo actúa otra persona en determinadas circunstancias, por qué toma algunas decisiones y sobre todo cuál puede ser la causa de las diferencias de opiniones y las discusiones.
La empatía la debemos diferenciar de otros términos como son:
-Simpatía: vivencia positiva del mundo emocional de otra persona, que lleva a un cierto contagio o conexión en los mismos sentimientos. La simpatía proporciona proximidad afectiva con una persona, sentirse bien con ella. Coincidir con los sentimientos del otro
-Antipatía: vivencia negativa del mundo emocional de otra persona, que lleva a sentir una distancia emocional con ella. Ir en contra de los sentimientos del otro.
-Inundación empática: fenómeno social en el que un grupo de personas entra en un mismo sentimiento que les hace vibrar en conjunto, por ejemplo, participando en un concierto.
¿Cómo puedes diferenciar la empatía de la simpatía? Para poder ser empático debes de tener en cuenta y ser capaz de gestionar tus propias emociones primero, es decir, identificar cómo te sientes tú y poder separarlo de cómo se siente el otro y otra cosa que no puede faltar es que lo hagas sin juzgar, la idea es saber cómo piensa, cómo se siente y qué necesita la otra persona, allí está la clave porque si lo vemos desde nuestra perspectiva y juzgando, no estamos comprendiendo al otro, simplemente seguimos en nuestras opiniones y en nuestras experiencias y vamos a querer que la otra persona actúe como nosotros quisiéramos y seguirá el conflicto.
También es muy importante escuchar mucho más allá de las palabras, es tener una escucha activa, tomando muy en cuenta el lenguaje no verbal, los gestos y la expresión corporal del otro. Estar en presencia y sintonía, dando las respuestas adecuadas para lograr que la otra persona se sienta comprendida y se establezca una verdadera conexión.
Si de verdad quieres experimentar lo que es la empatía has este ejercicio de ponerte en los zapatos del otro, de ponerte en su piel, ¿Cómo? Cuando estés en una situación en concreto con una persona que quieras comprender mejor o con la que tengas una diferencia de opinión, haz lo siguiente:
1. Primero identifica tu emoción, cuál es, cómo te sientes, que quieres tú.
2. Luego y muy importante, prepárate para escuchar a la otra persona sin juzgar.
3. Escucha activamente, tanto sus palabras como su lenguaje no verbal: escuchar, tener atención plena.
4. Dedica el tiempo necesario a escuchar realmente lo que te están diciendo e intenta sentir su emoción: ver lo que el/ella ve, escuchar lo que escucha y sentir lo que siente
5. Establece una conexión entrando en sintonía con la otra persona y dando las respuestas adecuadas
La empatía nos ayuda a afianzar la relación que nos une con las demás personas, practicarla sin duda ayudará a mejorar tus relaciones.